Isaías 40, 28-31 «Cansada de estar Cansada»
2018 Feb 10/ By / 0 comment

Hace pocos días yendo en el Metro me encontré con este anuncio. Me reí interiormente, reflejaba muy bien mi estado. A veces me ocurre, estoy cansada de estar cansada. En ocasiones estoy cansada de mis propios cansancios, de mis desánimos, de algunos sentimientos o pensamientos que persisten en mí. En una ocasión el Papa Francisco habló a un grupo de sacerdotes de tres tipos de cansancio. El cansancio de la gente, el cansancio de los enemigos y el cansancio de uno mismo.

¿Qué es La Palabra?
La Sección LA PALABRA  nos servirá como marco del mes donde se enmarcarán todas las diferentes secciones.

Cada mes descubriremos una Palabra de Dios, Salmo o texto bíblico que nos invitará a reflexionar y trabajar; relacionada con los tiempos litúrgicos, las fiesta de la Iglesia, las festividades de la Familia Consolación, los acontecimientos mundiales y eclesiales que nos inviten a vivir el día a día…

A través de un pequeño comentario sobre la Palabra de diferentes autores de la Familia consolación, encaminamos nuestra formación mensual. Cada uno desde el punto de vista personal de los autores y su mirada al mundo actual y forma de entender la Palabra y el lenguaje de Dios.

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Una oportunidad para «beber de la fuente de agua viva«, de gustar y saborear, de «probar cuán dulce es Dios» a través de su Palabra.

“CANSADA DE ESTAR CANSADA”.

Isaías 40

Hace pocos días yendo en el Metro me encontré con este anuncio. Me reí interiormente, reflejaba muy bien mi estado. A veces me ocurre, estoy cansada de estar cansada. En ocasiones estoy cansada de mis propios cansancios, de mis desánimos, de algunos sentimientos o pensamientos que persisten en mí. En una ocasión el Papa Francisco habló a un grupo de sacerdotes de tres tipos de cansancio. El cansancio de la gente, el cansancio de los enemigos y el cansancio de uno mismo. El Papa habla del cansancio de la gente al referirse a Jesús en su contacto con las multitudes, que no le dejan en ocasiones ni comer, ni descansar… Sin embargo el Señor no se cansa de estar con la gente, es más, se renueva, coge más fuerzas.

 

Otro cansancio es el que nos producen las dificultades, las adversidades, el clima antirreligioso que percibimos en nuestros ambientes. No podemos vivir al margen de nuestra cultura y de nuestra sociedad. No es fácil aguantar la presión. Y por último, el tercer cansancio, el cansancio de uno mismo. Dice el Papa que es el más peligroso. Los otros dos nacen como fruto de estar expuestos, sin embargo éste es más auto-referencial. Es un cansancio que da “el «querer y no querer», el haberse jugado todo y después añorar los ajos y las cebollas de Egipto”, dice Francisco. Es el cansancio que muchas veces se manifiesta en desilusión.

 

Os invito a leer el texto de Isaías 40, 28-31 y dejar que ilumine nuestros pasos:

 

“¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído? El Señor es un Dios eterno y creó los confines del mundo. No se cansa, no se fatiga, es insondable su inteligencia. Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; aun los muchachos se cansan, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, les nacen alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse”.

 

Claro que lo sabemos y lo hemos oído muchas veces, Dios no se cansa. ¿Dónde está su secreto?… ¿Por qué Dios no se cansa, ni se fatiga?… El mejor remedio para el cansancio es la ESPERANZA: “los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, les nacen alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse”.

Vivir la esperanza implica tener paciencia. Para llegar a tener alas de águila, antes debemos ser aguiluchos. Al igual que los aguiluchos, en su nido, no pueden hacer nada sino esperar hasta que el águila madre regresa para darles de comer, nosotros tenemos que saber esperar y confiar que Dios nos traerá lo que necesitamos. Del mismo modo que el águila madre no se olvida de volver a su nido, Dios tampoco se olvida de nosotros.

Isaías describe con mucha claridad las etapas del crecimiento:(1) El joven creyente levanta alas como las águilas; (2) el creyente adulto corre y (3) el creyente maduro, camina. Dios nos conoce profundamente, su inteligencia es insondable.

No te olvides que la fortaleza viene con la espera.

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Algunas preguntas para reflexionar:

  • ¿Estás cansado de estar cansado?…
  • ¿Identificas en tu vida los cansancios de los que habla el Papa Francisco?…
  • En tu vida diaria (Familia, estudios, trabajo, pareja, amigos…): ¿Sabes esperar?… ¿Eres una persona paciente?…
  • ¿Qué podemos aprender de los aguiluchos?…
  • En tu relación con Dios: ¿Sabes esperar y confiar?…
  • ¿En qué etapa de crecimiento te encuentras?… Justifica tu respuesta.

Soledad Obregón HNSC

Parte de Hablad al Corazón #1 – Febrero 2018

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