Consolados para Consolar
2019 Mar 04/ By / 0 comment

La invitación de las Palabras de Pablo nos encamina a nuestra propia misión de Ser Consolación para el Mundo. Sabemos que nuestra experiencia de Consolación es muy importante para poder consolar, para salir al hermano;

 

¿Qué es La Palabra?
La Sección LA PALABRA  nos servirá como marco del mes donde se enmarcarán todas las diferentes secciones.

Cada mes descubriremos una Palabra de Dios, Salmo o texto bíblico que nos invitará a reflexionar y trabajar; relacionada con los tiempos litúrgicos, las fiesta de la Iglesia, las festividades de la Familia Consolación, los acontecimientos mundiales y eclesiales que nos inviten a vivir el día a día…

A través de un pequeño comentario, recursos, dinámicas, materiales audiovisuales… sobre la Palabra, encaminamos nuestra formación mensual. Cada uno desde el punto de vista personal de los autores y su mirada al mundo actual y forma de entender la Palabra y el lenguaje de Dios.

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Una oportunidad para «beber de la fuente de agua viva«, de gustar y saborear, de «probar cuán dulce es Dios» a través de su Palabra.

Consolados para Consolar

 

2 Cor. 1, 3-4

Leer las palabras de San Pablo

«Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda Consolación, el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios« 

 

La invitación de las Palabras de Pablo nos encamina a nuestra propia misión de Ser Consolación para el Mundo. Sabemos que nuestra experiencia de Consolación es muy importante para poder consolar, para salir al hermano; de ella bebemos y nos damos, según hemos experimentado y recibido; y es la que guardamos en nuestro corazón para descubrir cuál es nuestra esencia.

 

 

Nuestra misión, Consolar, no se entiende si no hemos sido “Consolados para consolar”, si no hemos recibido para dar, si no nos hemos puesto en sus manos para poner las nuestras. Así es nuestra misión.

 

Muchas veces sabemos que nuestro mundo necesita de consolación y nos gustaría hacer lo posible para darnos a los demás. Tenemos en nuestra cabeza hacer voluntariado, irnos de misiones, cambiar el mundo… pero en las cosas de día a día se nos olvida aterrizar nuestro estilo de vida, nuestra misión de ser consolación. No nos damos cuenta, lo dejamos pasar, hacemos de nuestra experiencia de consolación algo íntimo y personal… y nuestras manos no salen de nuestros bolsillos. Se quedan en la cotidianidad pasajera del que vive la vida llena de tareas, sin abrir los ojos a las necesidades de consuelo cercanas a nosotros.

 

Te invito a que realices un parón. A que hagas un Stop en tu vida organizada y te preguntes… ¿Dónde pongo yo mis manos?

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Otras veces caminamos en la vida con la teoría clara, sí; con las cosas a prendidas. Sabemos dónde podemos llevar nuestras manos y ponerlas al servicio de los demás. Muchas son las realidades que atender, mucha es la ayuda que necesita nuestro mundo, son muchos los voluntariados a los que puedo apuntarme, asociaciones, misiones parroquiales, colectas, apostolados… Pero…

¿Todo esto es para mí? ¿Realmente hay tiempo para todo esto?

 

Te invito a que realices ahora una mirada a tu interior.

¿Para qué quiero utilizar mis manos? ¿Cómo voy a entregar mi propia experiencia de consolación a los demás?

 

 

Realiza un recorrido por tu tiempo y tu vida; y crea una lista para descubrir dónde puedo realizar mi Misión:

  • Gestos de disponibilidad y ayuda en nuestra propia realidad.
  • Transmisión y sensibilización a otros: familia, amigos, grupos de jóvenes.
  • Donación económica.
  • Compromiso concreto de voluntariado o servicio.
  • Coordinación y trabajo en equipos que facilitan la transmisión de la Fe.
  • Experiencias de servicio: P Europa/P Bernabé.
  • Otros personales que cada uno conocemos…

 

 

Mi Misión: “Construir el Reino de Dios”

 

 

 

Equipo Blog LC

Parte de Hablad al Corazón #7 – marzo 2019