Cuando la Persona no es Libre
2019 Abr 23/ By / 0 comment

 

Con la celebración de la Pasión y la Resurrección del Señor muy recientes, os propongo una reflexión sobre la libertad, al hilo de unas consideraciones antropológicas del libro “Meditaciones sobre el hombre”, de Ignasi Fuster. El autor asoma a este tema complejo

¿Qué es Aterrizando?

Aterrizar no es más que llevar a nuestra vida concreta el contenido del mensaje de Dios.

En la sección ATERRIZANDO contaremos con una visión cristiana en temas de actualidad desde diferentes puntos de vista y autores

«Ámbitos en los que la persona no es libre»

 

Con la celebración de la Pasión y la Resurrección del Señor muy recientes, os propongo una reflexión sobre la libertad, al hilo de unas consideraciones antropológicas del libro “Meditaciones sobre el hombre”, de Ignasi Fuster.

El autor se asoma a este tema complejo y vasto a través de un imaginado estrechar de manos de Abraham e Isaac en el monte Moriah, después de que el ángel del Señor hubiera frenado el sacrificio que Abraham estaba dispuesto a hacer. El estrechar las manos es un gesto propio de los hombres libres, iguales en dignidad. Isaac ya no está oprimido, ha sido liberado y, libre, es recibido por las manos de su padre. La mano contiene la libertad.

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“El misterio de las manos es significativo antropológicamente. En las manos confluyen los misterios de dar gratuitamente la vida, poseer amorosamente su vida y ofrecer incesantemente su vida”

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Fijémonos por un momento en las manos de Jesús durante los días de pasión y resurrección, ¿Qué dan?, ¿Qué poseen?, ¿Qué ofrecen? Si lo seguimos en el Evangelio de Juan, nos encontraremos unas manos que curan, que lavan, que oran, que son atadas, que no devuelven el golpe, que cargan con la cruz, que son clavadas, que se dejan tocar y son signo de vida resucitada… si no lo has hecho durante la semana santa, te invito a que leas con tranquilidad la pasión de Jesús siguiendo a uno de los evangelistas y prestando especial atención a las manos de este hombre libre. ¿Está la libertad en él en poder elegir?, ¿Te parece un hombre libre?, ¿y si la libertad tuviera que ver con el sentido de las acciones más que con poder elegirlas…?

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“Donación, posesión y ofrecimiento son actividades esenciales de la vida humana y manifestaciones de la persona. Tales actividades orientan la existencia y marcan el camino hacia el destino. Dando, el hombre culmina su libertad. Poseyendo, el hombre demuestra su libertad. Ofreciendo, el hombre posibilita al otro ser libre.”

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El hombre libre, contrariamente a lo que nos quiere vender la publicidad, no es aquel que tiene la posibilidad de adquirirlo todo, de hacerse con el control de todo, de elegir cuanto quiera… la libertad culmina dando, siendo capaz de entregar lo mucho o poco que se tiene. En su modo de poseer el hombre demuestra su libertad, porque no es dominado por lo que tiene, sino que lo señorea, es dueño de sí mismo y de lo poseído. ¡Cuántos vivimos esclavizados por nuestras pequeñas o grandes posesiones! e ingenuamente nos creemos las personas más libres; nos avergüenza ver a conocidos aferrarse a pequeños patrimonios reales o virtuales, mientras nos descubrimos a nosotros mismos con las manos cerradas. En esas manos no hay libertad. Por más que nos quieran convencer, vendiéndonos slogans de libertades individuales, a la carta, enraizadas en una dignidad cuyo origen ignoran, como cristianos estamos llamados a defender la libertad de los Hijos de Dios, libertad que solo es posible si todos podemos gozar de ella, mientras tanto, empujamos el Reino, ofrecemos lo que hacemos y somos, para posibilitar la libertad, el consuelo, la dignidad de otros.

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“Esta tripe actividad humana [dar, poseer y ofrecer], sintetiza la verdad del amor. Se trata de amar sin poseer celosamente al amado, como dirá Kierkegaard. Poseer sin dominar, dejando que el otro sea. El hombre libre desea ver hombres libres. La verdadera libertad engendra libertad.”

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En la pasión hemos contemplado al hombre libre por antonomasia. Jesús deja que el otro sea: sus discípulos, su madre, las mujeres, los sacerdotes, los soldados…. Los que en un instante fueron esclavos del miedo, son engendrados a la libertad por la Libertad con mayúsculas. Al final, ya lo sabéis, muchos de ellos sellaron su libertad entregando la vida.

 

Ana Madueño HNSC

Parte de Hablad al Corazón #8 – Abril 2019

 

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